Ya llevamos algunos días de cuaresma y esta cuenta atrás ya, es un no parar, acabara dentro de nada en un abrir y cerrar de ojos, después tan solo nos quedara el recuerdo de nuestra cofradía en la calle, la cervecita con los amigos esperando a ese misterio que se acerca, “el tiempo” que nos tuvo a todos con las carnes abiertas pero sobre todo nos acordaremos de alguien que este año por cualquier cosa no esta y le echamos en falta, y los días fueron pasando con sus cruces de guía y esa persona no estuvo ,te acuerdas que el año pasado en la misma esquina estuviste con esa persona esperando que aparezca ese paso que es de sus favoritos y le tiene especial devoción, pero en fin.
Pues caminando esta mañana por la más ancha del barrio, pero vamos, desde manué roldán hasta calatrava ,la memoria inconscientemente se me invadió de recuerdos de años anteriores de cofradías, de ratos memorables, de mi gente, al principio no caí en el ¿porque? tantas imágenes a la mente, rápidamente reflexione y me di cuenta que era eso olor que desprenden los naranjos cuando revientan el azahar, es increíble como un olor te puede remontar tanto en el pasado y parece que lo estas viviendo de nuevo aunque vayas de camino al trabajo , a comprar el pan o “casa naca” a tomarte un botellín, algunos dirán que es solo un olor de aquí y que ya estamos acostumbrado,que tampoco es para darle tanta importancia y yo les diría que si, que en parte tienen toda la razón, pero para mi una cosa tan simple me hace revivir los grandes ratos (que gracias a Dios he vivido muchos) que se viven en este tiempo que parece que todos estamos hasta más simpáticos(los políticos mas que ningunos) ,ya el abrigo empieza agobiarnos, contamos los días y dentro de una horas nos meteremos de lleno en la primavera y deseando de vivir buenos momentos...
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